El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Bilbao ha adjudicado hoy, por 79 millones de euros, las obras de construcción de la primera fase del Espigón central y la estabilización de la antigua cantera de Punto Lucero. La empresa adjudicataria ha sido UTE formada por Trabajos y Obras (SATO) – Construcciones Adolfo Sobrino, S.A.– Exbasa Obras y Servicios, S.L. – Excavaciones Viuda de Sáinz S.A. y el plazo de ejecución será, en total, de 39 meses. La Comisión Europea aportará a este presupuesto el 20% del importe de adjudicación, en el ámbito del programa Connecting Europe Facility (CEF). El resto será sufragado con fondos propios de la Autoridad Portuaria.
Aunque la ejecución de ambas obras tiene motivos diferentes y se podían haber realizado de manera independiente, es conveniente englobarlas en un único contrato atendiendo a indudables ventajas de orden técnico, medioambiental y financiero. Entre estas ventajas se encuentran la realización de las obras por un único contratista, la optimización de los recursos económicos, incluyendo la subvención de fondos europeos, o la concepción inducida de significativas mejoras ambientales. En particular, se minimiza el tránsito de camiones por los municipios colindantes, se evita el traslado del material pétreo excedentario de la estabilización a otro vertedero autorizado, se reduce la necesidad de nuevas excavaciones en las canteras existentes en el entorno, adecuando y coordinando en el tiempo todas estas actividades, de tal manera que los excedentes de una obra sean compensados, al menos parcialmente, en otra obra que los requiere en su ejecución.
Espigón Central, un proyecto estratégico
El proyecto del Espigón Central de la Ampliación es una obra estratégica para el Puerto de Bilbao, cuya ejecución le permitirá mantener su posición de puerto de referencia en el Cantábrico y, consecuentemente, la generación de riqueza y empleo para Euskadi como polo comercial e industrial de primer orden.
En estos momentos, el Puerto de Bilbao tiene una ocupación de suelo portuario cercana al 80%. El incremento previsto de los tráficos para los próximos años y la demanda continua de suelo portuario hace prever que si no se genera nuevo suelo, en 2020 llegue al techo de su capacidad. La construcción de este nuevo muelle, por tanto, evitará la pérdida de oportunidades y la fuga de empresas que necesitan asentarse en grandes enclaves portuarios para reducir costes logísticos o porque su producción no pueda ser transportada por carretera. La Autoridad Portuaria prevé, concretamente, que este espacio sea utilizado para implantaciones mixtas y tráficos nuevos.
El nuevo muelle se ha denominado Espigón Central por su ubicación (en la zona abrigada por el dique de Zierbena y su contradique) y supone el total aprovechamiento de la misma. En esta primera fase se ganará al mar 334.000 m2 de superficie y 1.081 metros de línea de atraque, con un calado de 21 metros. La superficie obtenida supondrá algo más de la mitad de los 600.000 m2 que tendrá el muelle una vez concluido.
Estabilización de la antigua cantera, razones de seguridad
Este proyecto viene motivado por la situación de grave riesgo derivada de la inestabilidad de la antigua cantera, utilizada décadas atrás para las sucesivas ampliaciones portuarias, y en la consecuente necesidad urgente de salvaguardar la seguridad de las personas y de los bienes situados al pie de la cantera. En los últimos años se han producido diversos episodios puntuales de deslizamientos y desprendimientos de bloques rocosos y, teniendo especialmente en cuenta la naturaleza de las propias instalaciones industriales allí ubicadas, que pudieran derivar en agregadas situaciones peligrosas para el medio ambiente, se ha decidido acometer con carácter urgente un proyecto para su estabilización, requerido además por la Administración minera.
Tras la realización de varios estudios, se llegó a la conclusión de que la única manera, técnicamente eficaz y duradera, de garantizar la estabilidad de la antigua cantera, era la de proceder a su saneamiento mediante el “peinado” de la zona, desde la cota más alta hasta las cotas más bajas, mediante pequeñas voladuras controladas, dos pozos-túneles y otras obras auxiliares, estableciendo nuevos taludes y bermas que den garantía al riesgo de caídas de material, minimizando el eventual impacto sobre las personas y bienes situados en el entorno de la ladera.
Esta actuación tiene por objeto, por tanto, realizar un repeinado de la zona afectada para su saneamiento y estabilización, conllevando el efecto inducido de la generación de excedentes de materiales pétreos de aproximadamente un millón de m3. Este material debe ser trasladado a vertedero, si bien se utilizarán -por motivaciones técnicas, medioambientales y económicas- para las obras del Espigón Central. En este sentido, debe precisarse, por un lado, que estas obras en modo alguno constituyen labores de explotación o de aprovechamiento de la antigua cantera, sino únicamente una actuación de estabilización y saneamiento de la zona; por otro lado, que se trata de obras que son de ejecución obligatoria, con independencia de la ejecución de obras portuarias; y, por último, que la generación de los citados excedentes de materiales pétreos derivada de la estabilización es más cara que la obtención de los mismos en las canteras próximas, es decir, no existe, por tanto, motivo o aprovechamiento económico alguno, sino exclusivamente motivos de seguridad.