Una de las vigentes medidas adoptadas por el Gobierno durante la presente crisis del coronavirus ha sido el restablecimiento temporal de los controles en las fronteras interiores terrestres, así como las limitaciones a la libre circulación de la población en territorio español. En el caso de las fronteras marítimas, al día de hoy, según dictamina la Orden PCM/216/2020, de 12 de marzo, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 12 de marzo de 2020, únicamente está prohibida la llegada buques de pasajes procedentes de la República italiana y de cruceros de cualquier origen. Consecuentemente, el tráfico de carga y pasajeros de líneas regulares con el resto de países europeos está autorizado, al menos de momento, teniendo que atenerse los pasajeros, una vez en destino, a cumplir las normas de limitación a la libre circulación y de confinamiento dictadas por las autoridades gubernativas competentes, lo mismo que el resto de la población.
En particular, y por lo expuesto, el ferry de la naviera Brittany Ferries, que conecta tres veces por semana el Puerto de Bilbao con el puerto británico de Portsmouth, es una línea regular autorizada y no tiene, en estos momentos, ninguna prohibición legal.
Este ferry atracó el martes, sobre las 14,15 h., en el Puerto de Bilbao. A su llegada se procedió al desembarque de la mercancía y de exactamente 148 pasajeros (no “cerca de un millar” como se ha publicado erróneamente), de los cuales 28 eran conductores de mercancía. No tenemos datos sobre nacionalidades, pero la compañía nos traslada que también viajaban familias españolas y a todos ellos se les informó, antes de partir, de las medidas de higiene en el barco y de las normas implementadas en España, que incluían el confinamiento. Muchos pasajeros después de escuchar esta información y recomendaciones desistieron de viajar a España y anularon su reserva.
Por lo tanto, en el Puerto de Bilbao se cumplió, como siempre, con la normativa vigente.