Hoy, 4 de julio, parte desde el Puerto de Bilbao el buque EEMS Traveller, de carga general y propiedad de Amasus Shipping, en el que la empresa del sector wind propulsion bound4blue ha instalado con éxito dos velas eSAILs®, de 17 metros de altura. Se trata de las velas de succión más grandes construidas e instaladas en un buque.
La instalación, aprobada por Bureau Veritas, se ha llevado a cabo en el marco del proyecto Sails for Cargo, co-financiado por el Fondo Puertos 4.0 de Puertos del Estado, y cuenta con el apoyo de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Bilbao PortLab, Toro y Betolaza y Haizea Wind Group
Este novedoso proyecto se basa en el uso de un perfil aerodinámico de gran espesor dotado de un sistema de succión inteligente para aumentar su eficiencia aerodinámica, resultando en una tecnología que produce siete veces más sustentación que un ala de avión. Tiene como objetivo probar la nueva generación mejorada de este sistema automatizado de propulsión asistida por viento diseñado para reducir costes de combustible y emisiones contaminantes. Se estima que el ahorro de combustible- en función de factores como el tipo de buque, su perfil de operación o los vientos en las zonas donde opere- puede alcanzar hasta el 40% gracias a esta tecnología.
Las velas se han instalado en dos fases. Hace un año, durante una revisión periódica programada del buque, se fabricaron e instalaron los refuerzos para ambas eSAILs® en los Países Bajos. Posteriormente, se realizó la maniobra de verticalización e instalación de las velas fabricadas por Haizea Wind en su planta de Aranda de Duero, incluyendo la integración
de todos los elementos internos. La compañía Toro y Betolaza se encargó de verticalizar los sistemas, que requirió de dos grúas y diverso equipo auxiliar para ubicar las velas con precisión en sus puntos de anclado.
Paralelamente, bound4blue ha estado monitorizando los datos de consumo del buque para obtener su perfil base, que será utilizado por un tercero externo para evaluar los resultados de ahorro de combustible y emisiones durante los próximos 12 meses. Así, se obtendrán datos validados científicamente, que serán utilizados para cuantificar los efectos reales del sistema a bordo del buque y que servirán de base para futuros desarrollos.