- El Puerto de Bilbao ha alcanzado ya los tráficos previstos para 2020, pero mantiene los objetivos a 2022 dadas las previsiones económicas.
- Avanza, según lo planificado, en la creación de nuevo suelo para acoger proyectos estratégicos, en proyectos intermodales, en gestión medioambiental y en digitalización.
- La sostenibilidad económica-financiera le permite mantener el compromiso de reducción progresiva de las tasas y, a su vez, abordar las nuevas inversiones.
- Para ser más competitivos y ofrecer mayor flexibilidad a los clientes, la APB reclama mayor autonomía de gestión y la transferencia de los puertos.
La Autoridad Portuaria de Bilbao ha avanzado en las 56 líneas de acción recogidas en su Plan estratégico 2018-2022 y ha cumplido la casi totalidad de los objetivos que se ha fijado. Bajo el lema Zure etorkizunarekin bat / Committed to your future / Comprometidos con tu futuro, este Plan se centra en cinco grandes ejes estratégicos: crecimiento y competitividad, impacto económico, beneficio social, excelencia en la gestión y sostenibilidad económica-financiera.
En la presentación de los resultados del primer año de su ejecución y las previsiones para los próximos ejercicios, el presidente de la entidad, Ricardo Barkala, ha destacado que entre los objetivos cumplidos destaca el crecimiento del tráfico y la recuperación de cuota de mercado (sin tráficos energéticos), tanto en el hinterland (radio de 300 kilómetros) como en el foreland estratégico (Europa atlántica). En 2018, concretamente, el Puerto de Bilbao movió 35,6 millones de toneladas, con un incremento (+4%) mayor del prefijado, y récord en el tráfico de contenedores y en el de pasajeros. Gracias a este crecimiento, este enclave ha alcanzado los tráficos previstos para 2020. No obstante, dadas las previsiones macroeconómicas nacionales e internacionales, la Autoridad Portuaria mantiene el objetivo fijado en el Plan: alcanzar la cifra de 37,5 millones de toneladas en 2022.
En cuanto a las obras, Barkala ha remarcado que se cumple con la planificación y este mismo año finalizará la primera fase del Espigón central, que aportará 334.000 nuevos metros cuadrados y un kilómetro de línea de atraque, y ha adelantado que será urbanizado en tres etapas. El nivel de ocupación de suelo supera ya el 87%- uno de los niveles más altos del sistema portuario estatal-, espera cerrar 2019 con el 89% y lo reducirá en 2020 al 83% con la puesta en servicio de la nueva superficie.
La mejora de la intermodalidad, por su parte, también ha avanzado a lo largo del primer año del Plan estratégico. El tráfico ferroportuario ha aumentado un 12% este último año y el 65% en los últimos seis años, y se han puesto las bases para que siga creciendo. En este sentido, Sibport – la sociedad en cuyo accionariado participa la Autoridad Portuaria- ha ganado el concurso público de gestión de Júndiz; Pancorbo ha iniciado una nueva etapa y contará con un tren regular semanal; y Arasur entrará en operaciones en 2020 una vez finalicen las obras de urbanización que se están llevando a cabo en el apartadero ferroviario.
Asimismo, se trabaja, en colaboración con el resto de instituciones, en la mejora de los accesos, como la variante sur ferroviaria, corredor atlántico o variante sur metropolitana (incentivos para transportistas).
En gestión medioambiental, la Autoridad Portuaria promueve diferentes iniciativas en línea con su carácter pionero de ser un vehículo para el cambio de modelo energético e impulsar las implantaciones eólicas. En 2018 ha acogido el primer suministro de gas de barco a barco de Europa atlántica, ha finalizado un proyecto pionero para implantar en los muelles una iluminación más eficiente y sostenible, ha llevado a cabo una política de transparencia en la vigilancia continua de la calidad del aire y del ruido, y ha acogido nuevas implantaciones de energía eólica. En cartera, como uno de los principales retos para este año, se encuentra ser el primer puerto europeo en lograr el certificado de ciclo de vida.
En los retos marcados para afianzar el beneficio social, ha avanzado en la mejora de la administración electrónica y ha inaugurado el Port Center, un centro de divulgación del Puerto de Bilbao, en el Museo Marítimo Ría de Bilbao.
La estrategia para poner al cliente en el centro de la organización parte de la flexibilidad en la gestión para lograr nuevos tráficos y nuevas implantaciones logístico industriales con soluciones a medida. Por ello, la Autoridad Portuaria reclama, para poder ser más efectiva, un modelo de gobernanza con autonomía funcional y de gestión, la transferencia del Puerto, el establecimiento de regulaciones diferenciadas según los enclaves y un cambio de rol de Puertos del Estado centrado en coordinar el sistema.
En relación a la situación económico financiera, la Autoridad Portuaria presenta un nivel de solvencia elevado, mejor de lo previsto en el Plan estratégico, y se encuentra en una buena situación de partida para afrontar los riesgos que aparecen en el entorno (posible desaceleración económica y restricciones de libre comercio con Estados Unidos y Reino Unido, o posible incremento de la presión fiscal).
Por todo ello, la Autoridad Portuaria mantiene el compromiso de reducción de tasas programado para los próximos años con el objetivo de ofrecer un horizonte atractivo y estable a sus clientes, que se aplicará gradualmente hasta los 5,6 millones de euros (7,5% de la facturación). En 2018 comenzó esta reducción con una bajada del 10% de la tasa a la mercancía, y está a la espera de la aprobación, por parte de los órganos competentes, de la nueva valoración de terrenos.