Los trabajos se engloban en un único contrato y cuentan con un presupuesto global de 74 millones de euros y subvención de la Unión Europea.
Las obras de estabilización han durado 34 meses y han exigido la realización de hasta 330 voladuras controladas.
En la antigua cantera se ha utilizado como sistema de desescombro un túnel y dos pozos, como técnica más novedosa y mejora ambiental.
Las obras de la primera fase del Espigón central del Puerto de Bilbao y los trabajos de estabilización de la antigua cantera de Punta Lucero, que lleva a cabo la Autoridad Portuaria desde finales de noviembre de 2016, finalizarán a lo largo de este mes de septiembre, tres meses antes del plan inicial previsto.
Atendiendo a ventajas de orden técnico, medioambiental y financiero- y dado que han coincidido en el tiempo- las obras se han englobado en un único contrato. El presupuesto global es de 74 millones de euros. La Comisión Europea aporta el 20% del importe, en el ámbito del programa Connecting Europe Facility (CEF), y el resto es sufragado con fondos propios de la Autoridad Portuaria. De este importe total, el 11% aproximadamente corresponde a las obras de estabilización de la cantera, es decir, unos 8 millones.
Las obras, adjudicadas por lo tanto en un único concurso público, han sido realizadas por la UTE formada por Trabajos y Obras (SATO), Construcciones Adolfo Sobrino, y Excavaciones Viuda de Sáinz.
Primera fase del Espigón Central
El nuevo muelle se ha denominado Espigón Central por su ubicación, (en la zona abrigada por el dique de Zierbena y su contradique), y supone el total aprovechamiento de la misma a su completa finalización.
Las obras de esta primera fase han permitido ganar al mar 360.000 m2 de superficie y 1.218 m de nueva línea de atraque, con un calado de 21 m La superficie obtenida supondrá algo más de la mitad de los 600.000 m2 que tendrá el muelle una vez concluido.
Durante las obras se ha procedido a:
- Construir 22 cajones de 25 m de puntal, 55m de eslora y 17m de manga.
- Obtener y depositar, en una primera etapa, 1,5 millones de m3, de los cuales el 50% han provenido de los excedentes derivados por la estabilización de la antigua cantera de Punta Lucero.
- Extraer arena de la zona más alejada de dominio portuario, concretamente frente al dique de Punta Lucero. En esta segunda etapa, se han rellenado hasta 6,5 millones de metros cúbicos en las explanadas del nuevo muelle.
Los rellenos de arenas procedentes del yacimiento marino cuentan, como el propio proyecto del muelle, con su preceptivo Estudio de Impacto Ambiental (AZTI, octubre de 2011) y la correspondiente Declaración de Impacto Ambiental favorable, con fecha de resolución de 17 de abril de 2013. Estos rellenos suponen menos del 15% del total del banco de arena existente en esa zona.
Las obras de esta nueva infraestructura portuaria finalizarán a lo largo de septiembre de 2019, quedando pendientes las obras de urbanización que se llevarán a cabo a lo largo de 2020.
Obras de estabilización de la antigua cantera
Los trabajos de estabilización de la antigua cantera de Punta Lucero se han llevado a cabo con el fin de atajar los deslizamientos y desprendimientos de bloques rocosos que se habían ido produciendo en los últimos años. Para garantizar la eficacia y durabilidad de los trabajos, y tras la realización de varios estudios y el asesoramiento de empresas especializadas, se optó por proceder a su saneamiento mediante el “peinado” de la zona, desde la cota más alta hasta las cotas más bajas, mediante pequeñas voladuras controladas, y otras obras auxiliares. En total, se han llevado a cabo ya 325 voladuras, con una media de unas 10 o 15 al mes, y se estima que falten por realizar otras 5 durante el presente mes de septiembre.
Cada voladura se ha anunciado con una señal acústica a modo de preaviso a aquellas instalaciones portuarias próximas a la zona de obras, y los trabajos han contado con la supervisión de la Dirección de Energía, Minas y Administración Industrial del Gobierno vasco.
La técnica empleada para las voladuras ha sido la misma que la utilizada en la carretera BI-625 a la altura del enlace de la AP8 Arrigorriaga con el enlace de Zaratamo, o en el casco antiguo de Toledo.
La antigua cantera de Puna Lucero, ubicada en el término municipal de Zierbena, se explotó para suministrar material para la ampliación del Puerto de Bilbao desde los años 70 hasta hace unos 20 años, aproximadamente. Desde entonces, no se ha extraído material de la misma, ya que los préstamos de material que han sido necesarios para las infraestructuras portuarias han sido obtenidos de canteras comerciales próximas al puerto, o desde otras obras cercanas.
Presentaba, en su mayor parte, un aspecto estable que no presenta problemas, excepto en una zona muy determinada por la disposición e inclinación de las lajas de roca y el habitual progresivo deterioro por efectos de lluvias y temperaturas. Los desprendimientos en dicha zona han obligado, por razones de seguridad, a cortar el vial que pasa a sus pies, así como a la disposición de bloques de hormigón para impedir que las rocas que rodaran por la ladera llegaran hasta los depósitos de productos petroquímicos.
Estas medidas adoptadas tenían carácter provisional y obligaban a acometer actuaciones que dieran una solución permanente al entorno, dotándolo de la seguridad necesaria para el correcto desarrollo de las actividades portuarias, tanto de tránsito de camiones por el vial, como de almacenamiento de graneles líquidos.
Visto el hecho, se decidió hacer un estudio previo de la zona afectada y un desarrollo posterior del mismo para establecer las alternativas que dotaran de estabilidad a la ladera, teniendo en cuenta factores tales como la seguridad y la durabilidad. Descartadas las alternativas de sostenimiento con anclajes y mallas por su mal comportamiento a medio y largo plazo, se decidió acometer la estabilización reperfilando una altura aproximada de 170 m de la ladera en una superficie de 4 hectáreas, dotándolo de taludes de 15 m de altura y bermas de 5-6 m de anchura adecuadas para garantizar, como se ha dicho antes, seguridad y durabilidad a largo plazo. Este reperfilado se ha realizado mediante la excavación a base de voladuras y ha provocado un sobrante de material de hasta 900.000 m3 que debía ser retirado, transportado y depositado en otro punto, en este caso en el Espigón Central.