El calendario se puede adquirir en el Museo vasco
La Autoridad Portuaria de Bilbao y el Museo Vasco de Bilbao recuperan la figura de Pedro Telesforo de Errazquin Astigarraga, reconocido empresario bilbaíno y fotógrafo aficionado, a través de la selección de trece imágenes tomadas por él que configurarán el ya tradicional calendario de la Autoridad Portuaria y que podrá adquirirse en el propio Museo.
Las fotografías, fechadas entre 1860 y 1895, forman parte de un archivo de 530 placas de vidrio conservadas en el Museo Vasco y que, gracias a esta colaboración, ven la luz a través de un calendario para 2020, que se complementará con una muestra al aire libre en el casco viejo de Bilbao: en la calle La Cruz, cerca de la Iglesia de los Santos Juanes. La exposición se podrá contemplar hasta el 12 de enero.
Las fotografías seleccionadas muestran lugares que casi resultan irreconocibles en la actualidad, y fueron tomadas entre os antiguos muelles portuarios de Bilbao y El Abra. Son, a su vez, un documento histórico excepcional por ser testigos fieles de los profundos cambios operados en la Ría a lo largo del tiempo.
Telesforo de Errazquin nació en Bilbao en 1834, y con tan solo 26 años pasó a regentar el negocio familiar, la consignataria Viuda de Errazquin e Hijos, con un patrimonio inmobiliario acumulado que le situaba dentro de los veinte mayores rentistas
de Bilbao. Su prestigio como empresario le llevó a ser nombrado primer presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao en mayo de 1886: y en 1887 presidió la Societé Centrale de la Dynamite, órgano supranacional que agrupaba a las cuatro fábricas Nobel localizadas en Francia, Italia, Suiza y España. También capitaneó la sociedad Unión Española de Explosivos —fundada en Bilbao en 1896— hasta su fallecimiento el 7 de julio de 1898. La figura profesional de Pedro Telesforo se complementó con su labor como fotógrafo aficionado que ahora se recupera gracias a esta colaboración.
El año pasado, la colaboración entre estas dos entidades recuperó el trabajo de otra fotógrafa, Eulalia Abaitua, que inmortalizó con su cámara aspectos de la vida cotidiana de Bilbao y Bizkaia en pleno auge de la revolución industrial.